Los colores son realmente importantes a la hora de decidir la decoración de nuestro hogar ya que influyen en el ambiente de toda la estancia que vayas a decorar.
Una misma estancia cambia radicalmente según el color que
escojamos y transmite sensaciones diferentes.
Por todo esto vale la pena detenerse un momento y
reflexionar un poco más sobre los colores, sus efectos y su disposición.
El punto de partida es el círculo cromático que contiene los
tres colores primarios ( azul, rojo y amarillo) y los colores secundarios,
mezcla de los primeros ( verde, violeta y naranja). Naturalmente entre éstos
infinitas escalas cromáticas, pero todas proceden de estos colores primarios, a
los cuales se ha añadido blanco o negro. Los colores blanco, negro y marrón
también existen: el negro no es en realidad, ningún color y por esta razón no
se encuentra en el círculo cromático: el color blanco se crea cuando los rayos
de luz de todos los colores se unen, y el marrón se consigue mezclando todos
los colores de la escala cromática.
Los colores que en el círculo cromático se encuentran
directamente unos junto a otros se
denominan colores análogos. Combinan bien entre ellos y son armónicos.
Los colores situados frente a otros se denominan colores
complementarios. Están contrastados.
A menudo no es fácil encontrar el equilibrio: pocos
contrastes pueden hacer que una estancia parezca aburrida y sosa; y demasiados
contrastes pueden resultar molestos pues transmiten sensación de intranquilidad
y agresividad.
Los colores oscuros son adecuados para estancias grandes,
pues consiguen que el espacio parezca más pequeño y , por tanto, más acogedor.
Los colores claros reflejan más luz y abren el espacio, lo
vuelven más grande por eso se recomiendan para estancias pequeñas.
Las habitaciones grandes parecen más armónicas con colores
vivos y cálidos.
Los espacios altos parecen más bajos si el techo y los 10 cm
superiores de la habitación se pintan con tonos algo más oscuros.
Las habitaciones pequeñas parecen más grandes pintadas con
colores claros. Incluso un poco fríos. También una superficie brillante crea un
efecto visual, por el cual un espacio parece más grande.
En habitaciones bajas, el techo debe pintarse con colores
claros que se alarguen hasta la esquina del techo.
Las vertientes del techo que se adentran en la habitación
deben pintarse del mismo color que las paredes y la habitación parecerá más
alta.
Las vertientes del techo cortas deben pintarse del color del
techo, para que no dominen mucho la estancia.
Una separación visual entre techo y paredes ejerce un efecto
relajante y de solidez en el espacio.
En el próximo post os propondremos una guía de colores para
simplificar y ayudaros en vuestras elecciones.
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